La firma ha sido un símbolo de identidad y autenticidad a lo largo de la historia. Firmamos documentos de forma rutinaria, a menudo sin darle mucha importancia, pero este simple acto encierra siglos de evolución y cambio. Este proceso ha sido largo, reflejando los avances tecnológicos y las necesidades de seguridad en cada época.

Los primeros intentos de firma

Las primeras firmas datan de la antigua Sumeria, alrededor del año 2600 a.C., donde un escriba llamado A-du dejó su marca en una tablilla de arcilla. En el Antiguo Egipto, otro escriba, Amen’aa, firmó su nombre en un pergamino de papiro. Estos inicios de la firma, fueron fundamentales para el desarrollo de la firma como medio de autenticación personal.

Legalización gradual de la firma

La firma como elemento legalmente vinculante no surgió de un solo golpe. Durante la época romana, las firmas comenzaron a ser utilizadas en decretos imperiales y contratos de compraventa de tierras. Los romanos también tenían algunas leyes contractuales básicas que regían estas firmas. Un documento destacado de la Edad Media es el Domesday Book, un inventario detallado de tierras y propiedades en Inglaterra, que requería la firma de los auditores para validar sus contenidos.

Surgimiento de firmas con peso legal

En la Inglaterra del siglo XIII, la Carta Magna de 1215 fue uno de los primeros documentos en utilizar la firma como medio de transferir poder y derechos. Sin embargo, no fue hasta 1677, con la Ley de Fraudes, que las firmas adquirieron el peso legal que tienen hoy en día. Esta ley estipulaba que ningún contrato era válido sin una firma. Más adelante, las firmas en telegramas, reconocidas por primera vez durante el reinado de la Reina Victoria, establecieron un precedente para las firmas electrónicas.

La era del PDF

En 1992, la introducción del formato PDF revolucionó la manera de firmar documentos. Este formato permitió enviar contratos digitalmente, reduciendo drásticamente el uso de papel y acortando los tiempos de firma de días a minutos. Aunque los PDFs representaron un gran avance, solo representó un paso más en la evolución hacia la firma digital.

Las firmas se vuelven electrónicas

El año 2000 marcó un hito con la aprobación de la Ley de Firmas Electrónicas en el Comercio Global y Nacional en Estados Unidos, que permitió el uso de firmas digitales. Poco después, la Unión Europea implementó regulaciones similares. 

Ese mismo año, se promulgó la Ley N° 27269 en Perú, conocida como la Ley de Firmas y Certificados Digitales, que estableció el marco legal para el uso de firmas digitales. Esta ley permitió que las firmas electrónicas tuvieran la misma validez que las firmas manuscritas, promoviendo un entorno más seguro en el país.

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